¿Un escritor de terror y suspense?
Un escritor de terror y suspense. Seguro que has llegado a esta página creyendo que eso era lo que ibas a encontrar.
Si es así, no leas esto, porque TE VOY A ENGAÑAR.
Es probable que te diga que mi nombre es Juan José Díaz Téllez, e incluso que te cuente alguna mentira perfectamente estructurada acerca de mi vida.
Te hablaré de un nacimiento en el mes de agosto de un año del siglo pasado, pongamos 1969. Me inventaré un lugar, Málaga por ejemplo, y luego te diré que crecí y evolucioné hasta completar mis estudios universitarios. De informática, eso arropará mejor mi historia. Te contaré que envíe por error mi primera historia, La habitación 352 a una editorial llamada Scylaebooks sin saber que era Editorial Planeta, y que ellos decidieron confiar en un autor novel y publicarla. No sabían que no tenían otra alternativa.
Porque en realidad, no soy Juan José Díaz Téllez.
Lo que soy y lo que hago (en realidad)
Soy un ser sin forma, una inteligencia capaz de ver pasado, presente y futuro. Líneas temporales alternativas. Lo que es, lo que ha sido y lo que será.
O lo que puede ser.
He visto cosas que jamás soñarías. Y las he plasmado en negro sobre blanco. En tinta sobre papel, en píxeles oscuros sobre el fondo claro de la pantalla de tu ebook o de tu ordenador.
Un futuro aterrador, como en Raíz. Asfixiante, como en Ellos nos quieren a todos. Inevitable, como en El juego del Diablo. Imposible, como en Tabula Rasa. Fragmentado, como en Décimas.
Creerás estar leyendo un libro, una historia imaginaria, pero quizás estés leyendo tu futuro.
Ahora entra si te atreves…
¿Aún sigues aquí?
¿Sabes a lo que te arriesgas?
Los humanos sois muy previsibles. Basta con que se os prohíba algo para que lo deseéis, para que os lancéis a ciegas como si os fuera la vida en ello.
Te he advertido, y ahora ya no hay marcha atrás.
Ahora conocerás mundos nuevos. Escritores indies que ni siquiera imaginabas que existían. Historias que te harán temblar mientras te agarras a la almohada, preguntándote por qué no me hiciste caso al principio.
¿POR QUÉ?
No digas que no te avisé. Ahora entra al blog, y encomiendate a tus Dioses.